domingo, 30 de mayo de 2010







El otro día vi la película de Lost Highway de David Lynch. Una vez más me dejó alucinado y absorto con su mundo visual, sus planos, sus colores. La estética inconfundible de un film de Lynch. Pero además de, entre otras cosas, ver su insistencia en el fetichismo de los tacones, como ya demostró en la campaña que hizo para Loubotin, pude confirmar algo que llevaba tiempo sospechando: a Lynch no le interesa que el espectador entienda. Así, si habéis visto Lost Highway, os habréis quedado como yo, sin entender nada. Reconozcamos que eso no nos gusta demasiado, nos hace sentir tontos, o incultos, poco viajados. ¿Son entonces algunas pelis de Lynch puros ensayos en película? Pues yo creo que si, y que Lost Highway habla de la locura, la psicosis, la obsesión y el miedo. Pues imaginaros cuanto habrá de todo eso si además la banda sonora es de David Bowie o Rammstein. Eso, alucinante.

Este hombre me quitó el sueño.


Patricia Arquette, a partir de esta película sólo fue a peor.


Jaco.

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