domingo, 11 de abril de 2010



La sopa se enfriaba y fue entonces cuando me estabas mirando. Sí, justo cuando la sopa se enfriaba. No cuando estaba caliente ni cuando estaba fría, sino en el momento en que se estaba templando. Me miraste, o quizás me estabas matando con tus ojos. Sabes que es una cosa seria eso. A mí me lo enseñaron mis padres, a ti no sé. Quizás nunca te lo habían dicho. Matar es malo. O a lo mejor no. Depende. No me decías nada, subías la cuchara a tu boca, girabas la mano y llenabas la cuchara de acero INOX. Qué fría estaba. La subías. Abrías la boca y me enseñabas tus dientes. Te metías la cuchara, la apretabas con los labios. No quería salir. Estaba allí, caliente, cómoda. Deslizaste la cuchara por tus labios. Me encantabas.




Jaco.

1 comentario:

  1. ....
    Y yo, en otra mesa y aburrido, observando el vaivén de los fideos.

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